En este pueblito del sur donde hemos venido a olvidarnos de las responsabilidades, es decir de lo superfluo, hoy amaneció nublado y ventoso. Un día ideal para pasear junto al mar y liberar de cargas innecesarias la mente.
El agua se tiñó de mil colores y dejé que el viento revolviera mi pelo ya de por sí bastante enmarañado. Una mañana espléndida.
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