Born to Run (1975) - Bruce Springsteen |
Con semejante maremagnum sociológico de trasfondo, Bruce Springsteen escribió su disco más celebrado y adorado por fans y no fans: 'Born to Run'. Tenía tan sólo 24 años (cuesta creerlo, ¿verdad?), aunque no era ni mucho menos un artista debutante: se había estado ganando la vida como músico desde finales de los 60 y ya contaba con dos discos a sus espaldas, dos trabajos -'Greetings from Asbury Park, NJ' (1971) y 'The Wild, the Innocent and the E Street Shuffle' (1973)- que habían pasado totalmente inadvertidos para el gran público, aunque, eso sí, con muy buenas críticas por parte de la prensa especializada. El problema del joven Springsteen era que sus canciones eran demasiado largas para radiarlas en las FM; las letras eran abigarrados frescos que describían un extraño sub-universo repleto de seres insólitos, sacados directamente de la fauna y la flora que poblaban por aquel entonces Asbury Park, el ecosistema natural del músico en New Jersey, de donde era oriundo. Todo ello hacía que su música, su obra, no fuera especialmente bien acogida, hasta el momento, por el común de los mortales. La CBS, la discográfica con la que tenía contrato, le había promocionado como el Bob Dylan de los 70, el nuevo bardo que la sociedad americana necesitaba escuchar. La sociedad americana hizo oídos sordos, por supuesto; estaban a otros asuntos más importantes como, por ejemplo, sobrevivir. Y es que no era el momento de Bruce. Todavía....
Cuando se enfrentó a la composición de 'Born to Run' sabía que aquella oportunidad, la 3ª, era probablemente la última que iba a tener para convertirse en una estrella. Si este disco no triunfaba, podía ir recogiendo los bártulos e irse con la música a otra parte porque la discográfica muy probablemente ya no le iba a dar más chance. Tendría que empezar de cero y, quizá, replantearse su futuro como músico. Pero lejos de arredrarse, tomó el toro por los cuernos y se sacó de la manga 8 canciones, como 8 cañonazos llenos de rabia, que pasarían a formar parte de su repertorio más amado. Para ello, el joven Springsteen se encerró en su casita próxima a la calle E, y con la ayuda de un viejo piano se dedicó a rellenar toneladas de cuadernos, reescribiendo las letras de las canciones una y otra vez, de manera obsesivamente perfeccionista.
Sin embargo, el proceso de parto de los temas no acabó ahí: según parece, en las sesiones de grabación del disco, Bruce torturó a su E Street Band con decenas de takes buscando el 'más difícil todavía', el sonido perfecto. En cuanto los músicos terminaban de grabar un tema se podía oír a Springsteen a través de los auriculares pronunciar las temidas palabras: 'Otra vez'. Bruce Springsteen era un joven muy exigente y si se trataba de su obra mucho más. Las labores de producción corrieron a cargo del propio Springsteen, el crítico musical Jon Landau, amigo personal del músico y que, con el tiempo, acabaría convirtiéndose en una gran influencia artística y en su productor habitual, y Mike Appel, hasta ese momento manager del músico y que también había producido los dos primeros discos de Bruce. Appel asumió las tareas de producción no sin algunos problemas, debido quizá a ese reparto de papeles entre 3 personas tan diferentes. Posteriormente la relación de Springsteen con Appel se vio resentida debido a una amarga contienda legal por la obra del músico que se prolongaría hasta 1978.
Los músicos que participaron en el disco ya habían colaborado con Springsteen en sus dos primeros LPs. Otros músicos se incorporaron en aquel momento para no irse jamás, convirtiéndose en imprescindibles: Max Weinberg, el magnífico batería de la formación, o Roy Bittan, excelente pianista, que supo reflejar e interpretar las ideas de Springsteen como nadie, sin ir más lejos. La gran mayoría de ellos conformaban lo que sería luego el núcleo duro de su mítica E Street Band: Garry Tallent al bajo, Danny Federici a los teclados, acordeón y algunos vientos, Clarence (Big Man) Clemmons al saxo, Steve van Zandt (Little Steve) a las guitarras... Los músicos David Sancious (magnífico organista) y Ernest Carter (excelente batería de influencias jazzeras) participaron en la grabación de algunos temas como el mítico 'Born to Run' que daba nombre al disco.
Finalmente, 'Born to Run' fue publicado el 25 de agosto de 1975 y fue aclamado por entonces como el mejor album de Springsteen, con un magnífico éxito de ventas (alcanzó el nº 3 de álbumes más vendidos y estuvo 2 años entre los 100 discos más vendidos). Supuso la consagración de Bruce y dejó bien a las claras qué clase de músico era, qué venía a hacer y a contar y lo que se proponía a partir de ese momento. El sonido de 'Born to Run' marcaría sin lugar a dudas el estilo del músico en los años venideros.
En la magnífica reedición del disco que se publicó en 2005, Born To Run 30th Anniversary Boxset, para conmemorar el 30 aniversario del mismo, hay un estupendo reportaje, 'Wings For Wheels', en el que se citan multitud de anécdotas sobre la composición y grabación de las canciones. A mí, como escritor de canciones en ciernes, quizá lo que más me llama la atención sea el hecho de que Bruce compusiera todas las canciones al piano, lo que da a los temas un aire distinto a si se hubieran compuesto con la guitarra (de hecho, todas las canciones comenzaban con una pequeña introducción, como una fanfarria que ponía en alerta al oyente sobre lo que venía a continuación).
Descubrí este disco gracias a un buen amigo. Curiosamente, yo llevaba años escuchando otros discos de Springsteen, pero nunca me había acercado a este 'Born to Run'. Huelga decir que cuando lo escuché por primera vez, me di cuenta enseguida de lo que me había estaba perdiendo hasta entonces y de que estaba asistiendo a algo realmente grande, la Master piece de un músico en estado de gracia. Como anécdota contaré que yo por aquel entonces estaba dando mis primeros pasos a la guitarra. Mi amigo tenía un libro con tablaturas de las canciones de Springsteen; me lo fotocopié enterito, pero las canciones que primero me aprendí fueron las del 'Born to Run'. Durante algún tiempo, para practicar a la guitarra yo tocaba las canciones del disco, me lo sabía entero, de cabo a rabo, palabra por palabra, acorde tras acorde. Tal era la impresión que me había causado.
¿Canciones favoritas? Difícil escoger una... Thunder Road es preciosa, romántica, llena de amargura, pero también de optimismo; Tenth Avenue Freeze Out tiene una sección de viento y un ritmo de guitarra que me vuelven loco; Night es endiablada, proteica, enérgica, emocionante (ésta me encanta tocarla a la guitarra); Backstreets me hacía casi llorar, era como ese despertar del que hablabla al principio de esta entrada, el despertar de un bonito sueño para darse de bruces con la amarga realidad; Born to Run... ¿qué decir de este tema? Fue escogido hace unos años como el tema más perfecto de Rock jamás compuesto y grabado; She's the one, una canción de amor, pero también de pasión lujuriosa; Meeting Across the River, hipnótica puesta en escena de un trapicheo chungo entre dos yonkis y un posible negocio de drogas que podría retirarles de por vida (o de la vida, si las cosas salieran mal...); Jungleland, épica, brutal, con uno de los solos de saxofón más espectacular que jamás se hayan escuchado en un disco de Rock.
'Born to Run' es el DISCO con mayúsculas de Bruce Springsteen, la obra que le puso en su lugar, el lugar que merecía y en el que aún permanece después de tantos años. Es también el disco de muchísima gente en el mundo: muchos se han hecho fans incondicionales de Springsteen gracias a este puñado de canciones. En mi caso personal, tan sólo diré que si tuviera que elegir un solo disco para irme a una isla desierta, seguramente escogería éste. Me ha acompañado durante años, en cientos de aventuras y en cientos de lugares, en compañía o a solas. Tiene tanta fuerza que es casi imposible no emocionarse ante su descubrimiento. Si aún no lo has escuchado, tienes suerte de poder disfrutarlo y gozarlo por primera vez. Te animo a que lo descubras tú también: seguro que no te decepciona.