Mañana en Avilés. Un paseo por su casco histórico y comida en el restaurante Nina, buenas fabes y mejor simpatía. Antes nos hemos echado un buen párrafo con Nuria, la dueña de la tienda de artesanía que está justo al lado. La hospitalidad asturiana es genial.
Por la tarde, siestina en el hotel y luego vuelta al taller para que, al fin, nos cambiaran la rueda. El coche ya tiene 'zapato' nuevo.
Ahora estamos en La Corte de Pelayo, junto al parque San Francisco. Hemos comprado unos 'moscovitas' en Rialto y los degustaremos con placer sentaditos en un banco, como si fuéramos dos abuelitos encantadores. Sin duda, hoy nos hemos ganado este premio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario