Pero lo que más merece la pena de esta comarca es sin duda la isla de Valentia. Una vez dejado atrás Cahersiveen, se puede embarcar con el coche en un pequeño ferry en la población de Portmagee. La travesía hacia la isla no dura ni 10 minutos, pero merece la pena. Posteriormente, el viaje dentro de la isla es pura magia con los paisajes marítimos, playas y acantilados.
A la vuelta hemos aprovechado la tarde en un paseo en coche de caballo por el Parque Nacional de Killarney. No hay nada más 'turístico' por aquí, pero la experiencia es agradable y ofrece la posibilidad de conocer más detalles del parque a través del cochero, lo que no puede igualar ninguna guía de viaje.
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